El Día Mundial de la Audición se conmemora el 3 de marzo, con el propósito de crear conciencia entre las personas sobre cómo prevenir la sordera y la pérdida de la audición, así como promover la salud auditiva en todo el mundo.
El lema de 2023: “Cuidado del oído y la audición para todos”
El lema que propone la Organización Mundial de la Salud (OMS) para este año es “Cuidado del oído y la audición para todos”. La meta es destacar la importancia de integrar el cuidado del oído y la audición en la atención primaria, como un componente esencial de la cobertura universal de salud.
Es importante tomar en cuenta que los problemas del oído y la audición son muy comunes a nivel mundial. Más del 60% de estos problemas pueden ser identificados y abordados en el nivel de atención primaria.
La integración del cuidado del oído y la audición en los servicios de atención primaria es posible a través de la capacitación y el desarrollo de capacidades a este nivel. Dicha integración beneficiará a las personas y ayudará a los países a avanzar hacia el objetivo de la cobertura universal de salud.
Con ese propósito, la OMS lanzará el “Manual de capacitación en el cuidado del oído y la audición en la atención primaria para los trabajadores de la salud y médicos generales”.
¿Cómo afectan los sonidos a los oídos?
Si tenemos la facultad de oír es gracias a las células sensoriales de nuestros oídos. No obstante, la exposición a sonidos intensos puede dañarlas con el tiempo y provocar una pérdida temporal de audición o unos pitidos denominados acúfenos.
Tras asistir a un concierto con un volumen alto se puede experimentar una pérdida de audición o un zumbido en los oídos que, por lo general, desaparece a medida que las células sensoriales se recuperan. Sin embargo, la exposición regular a ruidos fuertes o prolongados puede ocasionar daños irreversibles en estas células y en otras estructuras, lo que da lugar a una pérdida permanente de la audición o a acúfenos. Por lo tanto, se habla de pérdida de audición causada por el ruido.
Aunque el ruido puede afectar a la audición de forma inmediata, como puede ocurrir con un sonido intenso y repentino, lo más común es que la pérdida sea gradual e irreversible. El problema es que este desgaste suele pasar desapercibido o no se le concede importancia hasta que sus efectos se hacen más evidentes. Al principio, es posible que cueste oír algunos sonidos agudos, como las campanas o el canto de los pájaros y, a medida que se va perdiendo el oído, se empiezan a encontrar dificultades para comunicarse, sobre todo en los lugares ruidosos, como los restaurantes y los mercados.
¿Cómo podemos protegernos de los sonidos fuertes?
El concepto de “escuchar sin riesgos” se refiere a las formas de escuchar que no ponen en peligro la audición.
Los factores que afectan a la audición son el volumen, la duración y la frecuencia de la exposición a sonidos intensos. El riesgo aumenta con el volumen y la duración; por ejemplo, se pueden escuchar 80 decibeles (dB) de sonido sin peligro hasta 40 horas a la semana. Sin embargo, cuando el nivel sonoro es de 90 dB, el tiempo de escucha seguro es de solo 12,5 horas semanales. Para proteger la audición, se recomienda:
- No subir demasiado el volumen. Como mucho, conviene ajustarlo al 60% del máximo que ofrezca el aparato. Lo recomendable es no superar un promedio de 80 dB. A tal efecto, se pueden usar aplicaciones que ayudan a controlar el volumen.
- Usar audífonos (auriculares) que cancelen el ruido y ajustárselos bien para no tener que subir el volumen en los lugares ruidosos.
- En los lugares ruidosos, protegerse los oídos, por ejemplo con tapones.
- Mantenerse a distancia de las fuentes de sonido, como los altavoces, las máquinas ruidosas, etc.
- Limitar el tiempo dedicado a realizar actividades que generen mucho ruido y, si es necesario exponerse a sonidos fuertes, conviene hacer pausas con frecuencia para que las células sensoriales de los oídos se recuperen.
- Controlar los niveles de ruido. Con ese fin, se pueden emplear aplicaciones para teléfonos móviles y elegir aparatos equipados con funciones que permitan controlar la exposición.
- Reconocer los signos que nos advierten de la pérdida de audición. Si se nota un zumbido persistente en el oído (acúfenos), se oyen menos los sonidos agudos o se encuentran dificultades para seguir conversaciones, hay que con consultar a un profesional.
Por: Juan Carlos Ugarelli